jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Qué es un hogar?



Luis Bravo es un joven de 30 años con dificultades para aprender, analfabeta. No puede salir a la calle porque no tiene papeles.  Teme a la policía y, sobre todo a los enemigos…

Como se queda en la casa termina cocinando, cuidando los niños propios y a los de los vecinos,  llenando la casa con el sonido del televisor y atendiendo emergencias y peleas de los niños. A la casa acuden visitas seguras de que hay alguien. Por la noche llega Liliana, su mujer, de ocupación mendiga y recicladora, a reclamar comida y calor en la cama.  Antes de dormirse, o temprano en la mañana discuten sobre la comida, la ropa o la seguridad… la sobrevivencia es el problema de todos. En esa casa se apegan a los peluches viejos, las ollas abolladas y los platos desportillados. Todos los días discuten, se pegan, lloran, se acusan. El drama se desarrolla e impone el cambio, pero algo permanece. Aquí tenemos un hogar.

El apartamento de Marcela está siempre solo. A las 5 llegan los niños, abren, tiran los morrales y prenden la televisión.

A las 7 y 8 llegan Marcela y Jaime de sus trabajos y  piden un domicilio para comer. Los niños y los adultos se conectan a uno y otro aparato mientras comen y alistan la ropa y el trabajo del día siguiente. Luego, todos a la cama. Cada uno vive su vida, en gran medida virtual, en otra parte. Allá solo duermen y se cambian de ropa. Los niños y los adultos tienen ocupaciones e intereses muy distintos y es poco lo que tienen para comunicarse. Todos los años tiran todo, cobijas, sofás, loza, ropa … y compran todo nuevo, a la moda. Cualquier día cambian de apartamento, no se apegan a nada. Incluso pueden cambiar de pareja, de hijos… de amigos… pero hay algo intangible que no muere… es otro hogar…

Pero, en fin,  ¿qué es un  hogar?  Pienso que es el espacio de la familia. Donde disfrutamos la misma mesa, y nos sentimos seguros. Un sitio donde somos aceptados incondicionalmente. Donde podemos ser nosotros mismos, pensar en voz alta, echarle mucha mermelada al pan y andar en pijama. Y sobre todo, es el espacio donde la vida transcurre y el hilo de la historia personal se entrelaza con el de los otros.

El hogar no puede ser solo una idea.  No puede forjarse sobre el incierto futuro, sino sobre la realidad concreta de lo que ya se vivió. No hace un hogar el futuro éxito de unos hijos o los sueños para cuando nos pensionemos o los viajes a países desconocidos cuando consigamos la plata. Es la certeza de lo que se ha luchado, de los logros y fracasos que se han vivido, de lo que se ha fijado como historia y nos hace ser lo que somos.  Por eso los abuelos son tan valiosos, porque son el cimiento y el espíritu de un hogar.

Para que haya hogar es necesario poner nuevos leños, sacar la ceniza,  soplar la candela … para que haya hogar alguien debe estar encargado de cuidar, poner  adornos, cocinar, atender...!estar!  El hogar en el fondo solo exige una cosa. Estar ahí para los demás.  


domingo, 11 de diciembre de 2011

A PROPÓSITO DE LA LLUVIA


Oír llover no más, sentirme vivo;
el universo convertido en bruma
y encima mi conciencia como espuma
en que el pausado gotear recibo.

M. de Unamuno



Chorrean las tejas, se oye el retumbar de la quebrada, los patos nadan en los charcos y sacuden las alas…

Formo parte este mundo en perfecto equilibrio. Las fuerzas desatadas y los rayos me rodean pero no me hacen daño… Solo existo y no me hace falta nada…

La lluvia me recuerda mi adolescencia. La vida como una incógnita… el ambiente gris, los temores, la fuerza de la vida que irrumpía sin control…

Ha pasado mucho tiempo.  El torrente rompió el dique, la vida se derramó con estrépito inundando valles y llanuras… muchas piedras se movieron y el paisaje cambió.

¿Quién evitó que perdiera el rumbo en ese inmenso caos? ¿Cómo llegué a este mar en calma sin perderme? ¿Quién ha curado las heridas del camino?

He sido como un guijarro cuyas aristas suavizó el agua de modo que, convertido en un brillante y precioso grano de arena ya no encuentra obstáculos y se aproxima a la playa desde el inmenso océano, movido solo por las olas del mar…
¿Les gustó el verso de Unamuno? A mi también.
Aquí va entero el poema:
LA VIDA DE LA MUERTE
Oir llover no más, sentirme vivo;
el universo convertido en bruma
y encima mi conciencia como espuma
en que el pausado gotear recibo.

Muerto en mí todo lo que sea activo,
mientras toda vision la lluvia esfuma,
y allá abajo la sima en que se suma
de la clepsidra el agua; y el archivo
de mi memoria, de recuerdos mudo;
el ánimo saciado en puro inerte;
sin lanza, y por lo tanto sin escudo,

á merced de los vientos de la suerte;
este vivir, que es el vivir desnudo,
no es acaso la vida de la muerte?

Esa expresión, "la vida de la muerte", me deja pensando. Ese acabarse de las luchas, ese abandonarse al solo existir... definitivamente no puede ser la vida de la muerte , o ya estariamos muertos... ¿qué es entonces la vida de la muerte?




miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA INFIDELIDAD MASCULINA Y LA FEMENINA DEBEN SER IGUALMENTE CONDENADAS



Hoy en día está de moda en sicología enfatizar en las diferencias entre hombres y mujeres. Que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, que los hombres son esto, que las mujeres son aquello.  No niego que partir de un mejor conocimiento de nuestras diferencias desde lo biológico o cultural sea un dato importante para tener en cuenta a la hora de relacionarnos.  Sobre todo es importante reconocer que lo que históricamente se ha catalogado como femenino (como el trabajo doméstico) ha sido objeto de subvaloración y que esta situación es fuente de las mayores injusticias.

Pero desgraciadamente lo que ocurre a veces es que se abusa de este conocimiento para presentar como datos científicos los eternos prejuicios y para  justificar injusticias.

Los hombres, y en alguna medida algunas mujeres, no aceptan las consecuencias de la igualdad de hombres y mujeres en cuánto seres humanos. Esta situación no puede llevar sino al distanciamiento, a perpetuar situaciones injustas y a contribuir a la infelicidad tanto de los hombres como de las mujeres .

Un texto que me parece representativo en este sentido es el de Gabriel Jorge Castellá: “La infidelidad femenina debe ser jugada más severamente que la masculina”, en “Paradojas Existenciales”.

Afirma Castellá que la mujer es maestra en el amor y la fidelidad mientras el hombre en esos terrenos estaría al nivel de un niño. Por eso ella debe ser juzgada más duramente.

También trae a colación un símil, supuestamente usado por V. Frankl, donde se equipara a la mujer con una vasija que, si recibe agua sucia se mancha irreparablemente, mientras, por más sucia que esté, no mancha la fuente del agua que recibe. Es decir, que la pérdida de la virginidad mancha a la mujer y no al hombre.

Es insultar la inteligencia de una mujer esperar que comprenda y acepte estas ideas. Aunque no faltarán aquellas que lo hagan… tan perdidas están en este gran paradigma paternalista y machista que, a veces creemos superado pero que igual resurge inalterado en textos como los anteriores.

Lo más triste es que mientras las mujeres estamos pensando y aceptando a los hombres como seres humanos iguales a nosotras, algunos de ellos y en particular el autor de este texto, nos ven como mujeres. Como seres particulares, no totalmente humanos, quizá, como ángeles o demonios… nos admiran y nos temen, pero no nos aman. Porque el amor supone igualdad.

Rebatir las afirmaciones de Castellá no puede ser más sencillo.

Que una persona haya decidido quedarse en el infantilismo en algún aspecto de la vida como el de las relaciones de pareja no lo exime de la responsabilidad que implican estas relaciones así como el que una persona haya decidido quedarse en un nivel infantil en el aspecto económico no la exime de asumir sus deudas o pagar por su manutención.

Tanto el hombre como la mujer desde lo profundo del corazón y con igual fuerza rechazamos la injusticia. La mentira. La deslealtad. Todas estas cosas se dan en el adulterio. Por eso es igualmente grave que el hombre falte al compromiso con su compañera que el que sea ella la que le sea infiel.

La sociedad se construye sobre la estabilidad de la familia. Y la familia sobre la dedicación de uno de los dos, en general  la mujer, al cuidado de los niños, los enfermos, los ancianos, el hogar. Lo importante es que hombre y mujer sean un equipo, se apoyen y se cuiden. No hay persona más vulnerable que una mujer gestante o con un niño en los brazos. Por eso existe el matrimonio, porque el cuidado de la familia, del hombre, de la mujer, de los niños, no puede quedar a merced del capricho o de sentimientos volátiles.

Dice Castellá que es un error imponer la fidelidad pues “todo lo que se impone estimula su rechazo”.

Con esta lógica, sería un error imponer la honradez y no debería haber castigo para el ladrón…

Y, añade que basta el amor para que surja la fidelidad de manera espontánea, dando a entender que si hubo infidelidad, quien falló fue la víctima. Absurdo.