jueves, 18 de junio de 2020

HOLA MI QUERIDO BLOG ( Desde el confinamiento)



Queridísimo blog, perdóname, te tenía olvidado. Culpa del watsap, del tuiter y de los podcasts a los que me he aficionado.  
Es que el ambiente está cada día más histérico a nivel local por la pelea entre uribistas y gente de izquierda. ¡Qué tristeza!, parece que la paz nos quedó grande. Y, sobre el globo, pesa la amenaza del cambio climático, de la contaminación por residuos plásticos, de las migraciones, de los virus desatados. Los líderes mundiales no dan la talla. En fin, ¡sálvese quien pueda!
Me da la impresión de que los niños y jóvenes se sumergen en mundos virtuales. Y es que ante una realidad inmanejable, los juegos de video al menos proponen metas claras.
Y los viejos, nosotros los que ya hicimos lo que pudimos y alcanzamos lo que alcanzamos, vemos descorazonados que ya estamos de más. Arrinconados, confinados ante el cataclismo general debemos reconocer que la tarea quedó incompleta y que no se avizora una salida clara de este berenjenal en que resultamos metidos.
¿Qué hacer?  
Hay que comenzar por reconocer que solos, no podemos. No sabemos cuales serán las vicisitudes del camino pero sí que hay una gran promesa, Jesús salva.  Él nos lleva a nuestra casa del cielo… y a la construcción del Reino de Dios en esta Tierra. Pienso que no queda más remedio sino abandonarnos en sus manos y dejar testimonio de que Él es la razón de nuestra esperanza.
No faltarán santos que con su ejemplo guíen la labor de científicos y líderes de sociedad. El Espíritu Santo seguirá acompañando el camino de esta humanidad siempre y cuando los sucesores de ese pequeño grupo que fue enviado a llevar el mensaje del Evangelio hasta los confines de la Tierra sigamos dispuestos.
El reto es vivir con alegría y agradecimiento cada día. No abandonar la búsqueda de la verdad, llevar una vida sencilla, sembrar paz e iluminar con pequeños actos de gentileza y generosidad el camino de todos los que nos rodean…